Andrew Hozier se ha coronado, desde un inicio, como uno de los cantautores más prolíficos de nuestra generación. Nacido en Irlanda, el músico de treinta y tres años, hace su regreso triunfal a las listas de música con su tercer álbum de estudio: Unreal Unearth.
Con sus dieciséis canciones nos lleva en un viaje por el infierno. Pues, tal como lo ha mencionado en distintas entrevistas, el orden de esta obra sigue la estructura de la travesía a través de los nueve círculos que componen el pasaje del infierno en la Divina Comedia.
Sin embargo, la inspiración no solo proviene de este clásico de la literatura, sino también del crecimiento de Andrew durante los últimos tres años.
Un viaje personal con el que tantos podríamos conectar pues está lleno de un claroscuro; de pérdida, nostalgia, duelo…Pero también de crecimiento, renacimientos y reflexiones tantísimo profundas.
Y es precisamente en estos dos elementos que recae una de las grandezas de este álbum. De alguna manera, Hozier logra mezclar a un clásico de la literatura con su experiencia propia que, a su vez, es también una experiencia universal para nuestra generación. Dante entra al infierno, no condenado, sino solo como un proceso de transformación. Así como Hozier, y todos nosotros, cuando el mundo entro en crisis por la pandemia y vivimos nuestro propio infierno.
Como resultado, nacen canciones como “Francesca”; la cual toma por nombre el de Francesa de Rímini, un personaje que tras ser forzada a casarse con un hombre acaudalado cae perdidamente enamorada del hermano de éste, Paolo Malatesta, y es ese amor el que les lleva a la muerte.
Condenados a pasar toda la eternidad en el infierno, donde todos aquellos que caían en el pecado de la lujuria residían. Sin embargo – y aquí es donde Hozier une su historia con la de estos amantes- aquél trágico destino no parecía algo tan cruel ante los ojos de dos personas que no se arrepentían de sus sentimientos; que encontraron consuelo en la idea de pasar la eternidad juntos. Así como lo escribe Andrew en uno de los versos: “ If someone asked me at the end, I’ll tell them put me back in it. Darling, I would do it again”. Haciendo referencia al amor que el cantante perdió durante los últimos años, pero del que, claramente, no se arrepiente. Tal como Francesca y Paolo.
Personalmente, fue sorpresivo encontrar críticas negativas que cuestionaban duramente la participación de tantos coautores en la creación de Unreal Unearth.
O que incluso llegaron a etiquetar el trabajo de Hozier -y de todos los involucrados- como carente de creatividad y versatilidad.
Llegamos una vez más a esa controvertida frontera; la crítica versus la conexión.
Sí bien el álbum no ha sido bien acogido por todos aquellos que se autodenominan como los expertos de la música; hay una realidad innegable y es que este álbum cumple su cometido con gente como tú o yo.
Logra crear una conexión con su público; te hace sentir y eso es precisamente lo que se supone debe hacer el verdadero arte.