Porter regresa. Pero esta vez no a un festival, sino al Auditorio Nacional, ese lugar donde los conciertos no solo se escuchan: se sienten con todo el cuerpo.
Este 25 de octubre, vamos a habitar un portal colectivo.
Uno que nos lleva directo a nuestros recuerdos adolescentes, a los primeros días en los que descubrimos que la música podía doler bonito, a los años donde soñábamos con desaparecer, pero también con aparecer en otro plano: uno donde éramos entendidos.
Porter no es cualquier banda. Desde sus inicios, fueron un punto de quiebre en la música alternativa mexicana. Una especie de herida luminosa que nos enseñó que también se podía hacer rock desde la disociación, desde el delirio, desde el deseo de desaparecer y florecer a la vez.
Originarios de Guadalajara, Porter marcó a toda una generación con su sonido atmosférico y letras profundamente emocionales. Sus canciones no narraban, invocaban. Temas como “Espiral”, “Host of a Ghost”, “Cuervos”, “Murciélago” o “Pájaros” no solo fueron éxitos: fueron refugios para lxs que vivíamos demasiado intensamente.
Porter tiene ese poder: convertir la melancolía en algo que se puede bailar.
Y ahora que están listos para llenar uno de los escenarios más grandes de Latinoamérica, no es solo un concierto. Es una declaración:
la música que nos salvó en silencio merece escucharse en voz alta.
Si alguna vez gritaste “la flor se marchitó” con los ojos cerrados,
Si alguna vez sentiste que “Espiral” te sacó de un túnel oscuro,
Si has usado la psicodelia como refugio emocional,
este concierto es para ti.
Los boletos ya están a la venta en Ticketmaster.
Y se van a acabar. Porque no todos los días se abre este tipo de portal.
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