La violinista estadounidense ofreció un espectáculo inolvidable en la Ciudad de México
El lunes 4 de agosto, el Auditorio Nacional se transformó en el escenario de una experiencia única gracias a la energía, creatividad y virtuosismo de Lindsey Stirling, quien llegó a la Ciudad de México como parte de su esperada gira “Duality”, homónima a su más reciente trabajo de estudio.
Vendiendo dos noches seguidas en el mismo recinto, la artista reafirmó el amor que le tienen sus fans a ella y a su música, elevando las expectativas, haciendo sold out y prometiendo un espectáculo fresco y revitalizante desde aquel lejano 2019.
El concierto comenzó a las 9:00 de la noche y desde el primer momento, Stirling cautivó a las personas asistentes con una fusión impecable de música clásica, electrónica y pop, acompañada de impactantes coreografías y un despliegue visual digno de los mejores espectáculos internacionales. El recinto, lleno en su totalidad, vibró al ritmo del violín eléctrico que ha hecho famosa a la artista oriunda de California, y que una vez más demostró por qué es considerada una de las intérpretes más innovadoras de la escena musical contemporánea.
Con un espectáculo que combinó acrobacias, danza de tela, elevaciones en el aire y coreografías impactantes, Lindsey nos sorprendió a sus fans con una puesta en escena maravillosamente ensayada, desde sus pasos hasta la sinergia que ella misma tenía con su grupo de músicos.
El repertorio incluyó piezas emblemáticas de su carrera, así como temas nuevos de “Duality”, su más reciente producción, que explora la dualidad entre la luz y la oscuridad, la fuerza y la vulnerabilidad, a través de melodías intensas y atmósferas envolventes. Entre proyecciones caleidoscópicas, cambios de vestuario y un cuerpo de bailarines perfectamente sincronizado, Stirling ofreció versiones memorables de éxitos como “Crystallize”, “Shatter Me” y “Carol of theBells”, emocionando tanto a sus más grandes fanáticos como a quienes la veían por primera vez en vivo.
Los momentos más destacados de la noche incluyeron emotivos discursos de Lindsey sobre la importancia de soñar y superar obstáculos, así como la interacción constante con sus admiradores, quienes respondieron con ovaciones y gritos en todo momento.
Así mismo, la artista contó con un grupo de mujeres mariachis, las cuáles estuvieron felices de poder subir al escenario con la artista a interpretar canciones mexicanas icónicas como “El Mariachi Loco”. El concierto cerró con una explosión de luces y un mensaje de gratitud por parte de la artista, dejando claro que la música puede unir, inspirar y transformar.
Como persona, Lindsey tiene un enorme corazón, capaz de enamorarnos con su gran carisma y alma vibrante, sin embargo, como artista nos entrega todo de sí misma en el escenario, haciendo que cada nota de su violín sea representada por un gran paso de baile o una acrobacia aérea que sin duda dejará a más de uno con la boca enormemente abierta.
El paso de la gira “Duality” por el Auditorio Nacional reafirma la relevancia de Lindsey Stirling como ícono del violín moderno y confirma el cariño especial que siente por México, país que una vez más la recibió con los brazos abiertos y el corazón dispuesto a dejarse llevar por la magia de su arte, reafirmando que cuando alguien deja una marca en nosotros, ni el tiempo ni la ausencia harán que esa emoción se vaya.